Apágame los ojos: puedo verte;
Ciérrame los oídos: puedo oírte;
Y aún sin pies puedo andar en busca tuya,
Sin boca puedo conjurarte.
Ampútame los brazos, y te agarro,
Como con una mano, con el corazón mío;
Detén mi corazón, y latirá el cerebro;
Y si arrojas al fuego mi cerebro,
Te llevaré sobre mi sangre.
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