lunes, 21 de enero de 2013

Esperando a los bárbaros, Kavafis


-¿Qué esperamos reunidos en el ágora?
Es que los bárbaros van a llegar hoy.
-¿Por qué en el Senado tal inactividad?
¿Por qué los Senadores están sin legislar?
Porque los bárbaros llegarán hoy.
¿Qué leyes van a hacer ya los Senadores?
Los bárbaros cuando lleguen legislarán.
– ¿Por qué nuestro emperador se levantó tan de mañana, y está
sentado en la puerta mayor de la ciudad sobre el trono, solemne,
portando la corona?
Porque los bárbaros llegarán hoy.
Y el emperador espera recibir
a su jefe. Y más aún ha preparado
un pergamino para dárselo. Allí
le escribió muchos títulos y nombres.
-¿Por qué nuestros dos cónsules y los pretores salieron
hoy con sus togas púrpuras, bordadas;
por qué se pusieron brazaletes con tantas amatistas,
y anillos con magnificas, brillantes esmeraldas;
por qué toman hoy día valiosísimos bastones
en plata y oro espléndidamente labrados?
Porque los bárbaros llegarán hoy
y tales cosas deslumbran a los bárbaros.
-¿Por qué tampoco los valiosos oradores acuden como siempre
a pronunciar sus discursos, a decir sus cosas?
Porque los bárbaros llegarán hoy,
y los aburren las elocuencias y las arengas.
-¿Por qué comenzó de improviso esta inquietud
y confusión? (Los rostros qué serios que se han puesto.)
¿Por qué rápidamente se vacían las calles y las plazas
y todos regresan a sus casas pensativos?
Porque anocheció y los bárbaros no llegaron.
Y unos vinieron desde las fronteras
y dijeron que bárbaros ya no existen.
Y ahora qué será de nosotros sin bárbaros.
Esos hombres eran una cierta solución

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