miércoles, 16 de octubre de 2013
Amor sacro y amor profano, Miguel Postigo
Ella es lo etéreo, el alma, el sentimiento
sutil, la delicada inteligencia,
el callado fluir de la conciencia,
el amor, el dolor y el pensamiento.
Pero es también la carne, y los olores,
y la sangre menstrual, y las riadas
del cuerpo, y las palabras jadeadas
en la fiebre del coito, y los sudores,
y los senos, y el vientre, y la negrura
que oculta entre los muslos la fisura
que es fuente de placer y de la vida.
Carnal, tumultuosa, arrebatada
y celeste, intangible, indefinida.
El animal y el dios. Ésa es mi amada.
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