miércoles, 12 de junio de 2013
Centro, Lorenzo Oliván
Tocar tu mano y no sentir el hueso
frío que desde dentro ahora la mueve,
sólo la piel caliente, el roce leve
de una carne hecha espíritu, sin peso;
morder luego tus labios, y en el beso
quitarle al cráneo que hay detrás relieve,
y a la nuca dureza, y que la breve
vida parezca eterna en el proceso.
Cerrarte en un paréntesis de brazos
donde no cabe el mundo, ver que rota
mi ser alrededor de tus caderas,
romper con lo exterior todos los lazos,
y entrar en una realidad ignota,
que es sólo un centro en donde no hay afueras.
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Anduve curioseando por acá a razón de buscar un poema de Felipe Benítez, y me encuentro con una genial selección de poemas. Tiene usted buen gusto, y bueno, me tomé la libertad de recompartirlos en mi facebook: Galería Reptante. Espero no le moleste. Saludos.
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