domingo, 7 de abril de 2013

Las malas compañías, Felipe Benítez Reyes


Los amigos que tengo hacen vida de barra,
distraen a las perdidas, salen sólo de noche.
Los amigos que tengo maldicen a la vida
apoyados en barras, meciendo copas frías,
perdidos en la noche.
A menudo, de noche,
mis amigos dan fiestas y beben vino amargo,
pues saben que la vida exige tales gestos
a la guardia más joven que vela sus castillos,
su leyenda dorada.
Los amigos que tuve
acosaban de noche a las niñas perdidas,
castigando las barras de los bares siniestros,
castigando las barras.
Los amigos que tuve , si los tuve,
ya no son mis amigos,
que la noche es de nadie y luchamos por ella.
Mis amigos van solos cuando sale la luna
y nos vemos esquivos y a veces nos hablamos.
Alardea cada cual de sus heridas.
Los amigos que tengo, si los tengo,
llevan luz de la luna en sus ojos cansados.
Yo tengo unos amigos que no sé si los tengo,
cometas que van errantes, gente ociosa que esconde
un corazón helado quemándole en el pecho.

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